"Cuando la suerte que es grela, fallando y fallando te largue parao..."

Cuando Discépolo escribía Yira Yira en 1930, nuestro país entraba a la primera década infame; y grela tenía dos acepciones lunfardas: la más conocida hoy de mugre o suciedad, y mujer de la noche o puta.

La mina era la que te fallaba y te largaba parao (al decir del poeta) en un contexto donde las letras de tango ponían el acento en el amor que era esquivo, tal vez como forma de no acentuar la angustia que tantos hombres sentían al no poder parar la olla. Pese a todo, nuestro Discepolín nos incitaba a seguir "yirando" como una manera de no rendirse "...aunque te quiebre la vida, aunque te muerda un dolor...".

Mas de 80 años después, Argentina vive su segunda década de sueños, y es una mujer la que conduce los destinos de la patria hacia horizontes de justicia e inclusión.

Lástima que no esté Mordisquito para recordarles a algunos que no es el té de Ceylan lo que deben añorar, sino que es hora que se sumen a los sueños de todos: de los chicos que volvieron a la escuela con la asignación, de las parejas que pudieron casarse con la ley de matrimonio igualitario, de nuestros hermanos de latinoamérica que cada día ponen un granito de arena en la construcción de la Patria Grande.

Mientras se suman todos, sigamos yirando y pelando con alegría -como decía Jauretche- para conquistar los derechos que aún faltan, para seguir juzgando genocidas, para no retroceder ni un paso.

Este blog, peronista y tanguero, es otra trinchera de pensamiento nacional, humilde y franca. Con Homero Manzi, Cátulo Castillo, Enrique Santos Discépolo, Hugo del Carril, Nelly Omar y tantos otros referentes de nuestra cultura popular como guías.

Acá estamos compañeros